Costumbre de “mojar el pan”

Costumbre de “mojar el pan”

Es sabido que a los españoles nos encanta mojar el pan o cualquier alimento sólido en uno líquido. Ya sea la miga en las salsas de deliciosos guisos, las patatas en la yema del huevo, las pastas en el café o los churros en el chocolate. Mojar o “sopear” es una delicia de la que no podemos prescindir.

Sin embargo “mojar el pan” no siempre se ha considerado algo correcto para realizar en la mesa, es por ello que generalmente nos reservamos este acto para entornos de confianza o familiares.

En libros de protocolo o buenas conductas en la mesa, se considera de mala educación o incluso un “pecado”.

Se cuenta que, a principios del siglo XX, cuando el rey de España Alfonso XIII, se casó con la princesa británica Victoria Eugenia de Battenberg, se le ocurrió en una merienda mojar una pasta en el té inglés. La reacción de la princesa fue de espanto, ya que nadie hacía eso en Reino Unido, a lo que Alfonso respondió que “en España lo hacía hasta el rey”.

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Esta tradición lleva tantos años con nosotros que no sabemos cuál es su origen, aunque si contamos con varias referencias que nos hacen saber de su antigüedad. Por ejemplo, cuando los españoles comenzaron a hacer expediciones a América, llevaron el pan con ellos. Según transcurrían los días el pan se iba endureciendo y ya no resultaba tan apetecible, es por ello que se mojaba para poder comerlo.

También, en la antigüedad, era costumbre judía mojar el pan en caldo o vino, para ofrecérselo a sus huéspedes.

Claro está que vamos a seguir disfrutando de ello, y para eso necesitaremos de un buen pan con miga abundante que absorba las deliciosas salsas.

Y no olvidemos lo que dice el dicho “estás de pan y moja”, como una apelación positiva, así que ¿cómo no vamos a hacerlo?

Todos nuestros panes son ideales para mojar en salsas gracias a sus migas jugosas y blandas y sus cortezas crujientes y sabrosas ¡os damos algunas ideas!

Pechuguita

Mini campesina